En esta habitación se para el tiempo; pero pasan las horas. Y me pican en el cielo de la boca el sabor de los besos que demoras.
Obvio el tic-tac del reloj y juego con los tres colores en mi mente. Aquí, detente; la improvisación del trompetista nunca miente.
Me parece haber oído que te marchas pero no quiero acordarme de esa parte. Hoy me quedo aquí tumbada y me da igual si quieres marcharte; porque quiero acariciar tu arte. Quiero acariciar tu arte.
Soñar, emitir una plegaria muda en pro de los escasos segundos en que sólo importa un detalle intangible. Palpitar, oír el repiqueteo en las terminaciones nerviosas que atraviesan tu piel hasta mi oído. Sentir, el escalofrío del estímulo en la espina dorsal; saborear el color de tus ojos; oler el calor de tus manos. Conexión de ideas. Fusión de sentidos. Sinestesia. Negro, blanco, rojo.
Me sonaban tus caricias. Quizá soñé ayer con tus manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario